¿Cómo es la propaganda en una democracia?

What does propaganda look like in a democracy?

La propaganda (publicidad) existe desde hace muchos años. Ingenuamente, se piensa que podríamos filtrarla, ponerles freno, pero quién sería capaz de soslayar la publicidad de su vida. 

La propaganda se infiltra en nuestras vidas por la transversalidad con que ésta se presenta, mostrándose en diversos medios (prensa, radio, televisión, cine o internet) y en diferentes formas.

La propaganda nos vende unas ideologías determinadas, forman parte de un discurso cultural que construye, define y potencia determinados valores sociales. Su finalidad básica es la del control de la población y de sus conductas. Este método de control social se ha venido usando innumerables veces a lo largo de la historia, y actualmente, en los países democráticos, éste control social se evidencian en la propagandas políticas en las campañas electorales, como también a través de los medios de comunicación públicos y privados, sufragados por empresarios que reciben beneficios de partidos políticos a cambio de intentar difundir ciertas ideas. Llevando al extremo este concepto, creemos que si se usan estos métodos para convencer a los ciudadanos, la democracia en la que viven muchos países no es tal, sino que hay una libertad de elección de representantes políticos limitada y condicionada por lo que dictan los medios de comunicación a cuya sombra se encuentran políticos y empresarios.

Entonces, que podemos hacer con la propaganda en una democracia? …entre otras cosas, lo que ya se había mencionado, educar a nuestros alumnos a que aprendan con la propaganda, que la disfruten pero que al mismo tiempo la cuestionen desde diferentes perspectivas. Educar a futuros ciudadanos libres y consumidores, con un espíritu crítico, responsable, democrático y activo.