No obstante, para darnos cuenta de las consecuencias que producen los medios de comunicación debemos procurar una evaluación de esa influencia y cuestionarnos si esa influencia beneficia o perjudica a la cultura, al sistema de valores personal. Si bien, en general, se afirma que beneficia, al menos en lo que respecta al creciente acceso a los bienes culturales en esta era de horizontes perceptivos enriquecidos y ampliados gracias a los medios electrónicos, multimedios, Internet, la realidad virtual en suma. Sin embargo, la cantidad, la abundancia, no es siempre sinónimo de calidad, pues como advierte George Steiner, “los propios medios pueden trivializar aún más tanto el conocimiento como la experiencia, tanto el significado como la forma; la ciber-red puede estar atestada de basura e incitación; puede anestesiar la sensibilidad hasta el punto de la inercia (el teleadicto frente a la pantalla del televisor)”.
Pues bien, desde nuestro rol de docente, debemos asumir el compromiso de coger las riendas de la sociedad y comenzar a construir y crear por nosotros mismos nuestras vidas y la de nuestros educandos; por tanto, esto implicaría el aprovechamiento y utilización, en contextos de enseñanza – aprendizaje, de las tecnologías de la información y comunicación (tales como: la radio, la televisión, el Internet, multimedios), de manera innovadora y evitar hacer un uso meramente tradicional de estos recursos. Del mismo modo, generar espacios para analizar, explorar, conocer y comprender la manera en que los medios de comunicación hablan del mundo y representan la realidad cotidiana.
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