jueves, 28 de octubre de 2010

Ética de la información: su naturaleza y alcance

Luciano Floridi, en su artículo titulado “Ética de la información: su naturaleza y alcance” expresa que la Ética de la Información se ha venido definiendo, alternativamente, como el estudio de las cuestiones morales suscitadas por alguna de estas tres dimensiones de la información. Ello ha dado lugar a una infructuosa compartimentación y a la aparición de falsos dilemas, puesto que los investigadores han optado bien por ignorar el alcance global de la EI, o bien por sostener que tan sólo una de las dimensiones proporcionaba la perspectiva adecuada a la EI y a su correspondiente microética (es decir, una ética aplicada, de carácter práctico y profesional y dependiente de cada campo).

“La EI sostiene que el comportamiento (relativo al agente) y el estatus (relativo al paciente) de los objetos informacionales qua objetos informacionales puede tener un significado moral que vaya más allá de la función instrumental que les atribuyen otras perspectivas éticas y, por lo tanto, mantiene que pueden contribuir a determinar de manera normativa los deberes éticos y los derechos legalmente exigibles. La postura de la EI, como la de cualquier otra macroética, no está exenta de problemas, pero esta teoría puede interactuar con otras teorías macroéticas y contribuir a elaborar una interesante y novedosa perspectiva: un proceso o acción serán moralmente buenos o malos en función de cómo afecten a la infosfera, independientemente de sus consecuencias, motivos, universalidad o carácter virtuoso. Una ética ontocéntrica nos proporciona una perspectiva de gran alcance. Sin la contribución de la EI, nuestra comprensión de los hechos morales en general, y no sólo de los problemas particulares relacionados con las TIC, quedaría incompleta”.

La Ética de la Información-como-recurso: Desde la perspectiva del «recurso», debemos prestar una especial atención para evitar que el discurso ético se reduzca a una simple contrastación de la mayor o menor cantidad, cualidad e inteligibilidad de los recursos informacionales. Más es mejor, no es siempre la regla más adecuada. Ya que la sustracción (a veces explícita y consciente) de información a menudo produce efectos significativos. Estar informado no es en todos los casos una bendición y puede que sea incluso moralmente incorrecto o peligroso. Independientemente de que centremos nuestra atención en la presencia (cuantitativa y cualitativa) o en la ausencia (total) de información-como-recurso, es evidente que, en cierto sentido, resulta perfectamente razonable describir la Ética de la Información como el estudio de las cuestiones morales suscitadas por estos tres conceptos: disponibilidad, accesibilidad y precisión de los recursos informacionales, sin importar su formato, clase o soporte físico. Otros temas tratados por la EI en su interpretación como Ética de la Información-como-recurso, son la llamada brecha digital, el problema del empacho informacional, y el análisis de la fiabilidad (reliability) la confiabilidad (trustworthiness) de las fuentes de información (Floridi, 1995).

La Ética de la Información-como-producto: Un segundo sentido, estrechamente relacionado con el anterior, en que la información desempeña una función moral es su papel como producto de las valoraciones y acciones del consumidor y productor de información, puede por ello estar sujeto a limitaciones y, a la vez, tener la posibilidad de beneficiarse de sus oportunidades. Tanto las limitaciones como las oportunidades deben analizarse desde un punto de vista ético. Así, la EI entendida como Ética de la Información-como-producto se ocuparía de las cuestiones morales que suscitan temas como, por ejemplo, la imputabilidad (accountability), la responsabilidad (liability), la legislación sobre la calumnia, el testimonio, el plagio, la publicidad, la propaganda, la desinformación y, en un sentido general, las reglas pragmáticas de la comunicación à la Grice.

La Ética de la Información-como-objetivo: Además de los inputs de información (recursos informacionales) y de los outputs (productos informacionales) de los productores y consumidores de la información, existe un tercer sentido en que la información se presenta como susceptible de análisis ético. Nos referimos al modo en que las valoraciones y acciones morales intervienen en el entorno informacional. Pensemos, por ejemplo, en la actitud de respeto, o en su caso de ultraje, que el consumidor/productor de información podría mostrar frente a la privacidad o la confidencialidad. Los temas referidos a la Ética de la Información como objetivo son: el hacking, otros temas como la seguridad, el vandalismo (desde la quema de bibliotecas y libros a la diseminación de virus), la piratería, la propiedad intelectual, el código abierto, la libertad de expresión, la censura, los filtros y el control de contenidos.

Haciendo referencia a todo lo expuesto y realizando una mirada crítica hacia la utilización de las TIC, a continuación se presentan algunos ejemplos de incumplimiento de leyes morales de la Ética Informacional:
·         Delito de daño: cuando se destruyere, inutilizare, hiciere desaparecer o de cualquier modo dañare una cosa mueble total o parcialmente ajeno, comúnmente realizado por los Crackers (encargados de introducir un virus al sistema, directamente o a través de la red).
·         Piratería del software y bancos de datos: trasgrediendo los objetos protegidos por el derecho de autor, es decir, editar, vender o reproducir una obra musical, texto original, imágenes estáticas y en movimiento el diseño de una página web como todo su contenido sensible y original, sin autorización, y hasta inclusive la alteración, supresión de todo o parte de la creación.
·         Publicidad engañosa, promoción y facilitación de la prostitución, violación de secretos, robo, estafa, corrupción de menores, contra la seguridad pública, instigación a cometer delitos, apología del crimen, etc.

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